En la espaciosidad mariñense
decir San Joaquín, es remitir el pensamiento a un populoso sector, que el
organigrama municipal ennoblece a la dignidad de Parroquia. En el largo y
enriquecedor camino de los años, encuentro los fundamentos didácticos para este
trabajo, organizado en segmentos, para darte a conocer diversas confidencias,
buscando su continuidad en el tiempo, de la historia de una hermosa porción
aragüeña, desde remotos días hasta los años iniciales del tercer milenio.
De la Colonia a la Independencia
En 1675 irrumpe en la escena
local el capitán Pedro Ladrón de Guevara. Era nativo de Valencia donde tenía
una encomienda, pero se había marchado a España, para pelear con el ejército
del Rey. A su regreso a Venezuela se encontró en pobreza, por que sus tierras
habían sido invadidas. Sus familiares y amigos vienen en su auxilio y le
facilitan el Valle de Tocopio, donde levanta un hato. Allí habían llegado unos
indios procedentes de Ocumare de la Costa y el capitán Ladrón de Guevara y una
hija de cacique Don Juan Barriga, llamada Marcela Parica, son heridos de amor
por el travieso Cupido. La familia del capitán repudia la relación y ponen la
denuncia a las autoridades, que ordenan la detención de Marcela y su traslado a
Caracas, para seguirle juicio. Por el amor que profesaba a su amada, Pedro
Ladrón de Guevara emprende una obstinada lucha, ante el Alcalde Ordinario de
Caracas y ante la Real Audiencia de Santo Domingo, logrando que Marcela fuese
entregada a su padre, en su lugar de origen (Tocopio). Respaldado con esa
legalidad Pedro Ladrón de Guevara y Marcela Parica contraen matrimonio,
procreando nueve hijos. Uno de los descendientes llamado Jerónimo Ladrón de
Guevara Parica, fue heredero del espíritu y el carácter luchador de su padre,
defensor de las tierras de la sucesión, paladín de los indios de Turmero,
siendo cacique de los mismos a partir de 1716. Doña Marcela fallece en 1722,
pidiendo ser enterrada con honores de cacique.
En los escritos
dejados por el Obispo Mariano Martí, de su visita a Turmero en 1781, hace
referencia a la Parroquia Los Saladillos de Guaracaparo. Era una comunidad muy
poblada, a orillas de la corriente de agua, conocida ahora como Caño Colorado,
que no llegó a consolidarse como ciudad. A su jurisdicción estaban los sectores
que hoy se llaman Caprotana, Bcentenario y La Herrereña. En 1811, en las
primeras escaramuzas por la Libertad de Venezuela, salieron heridos en combate
librado en la desaparecida parroquia, los milicianos Basilio Montalvo y Pedro
José Ulloa, quienes fueron llevados a Maracay para atenderles y allí murieron.
Después de la
independencia El Tierral sirvió de refugio al bandido Santos Zárate, personaje
central de una novela de Eduardo Blanco. Este malhechor se hacía acompañar de
Lagartijo, Tumusa, Golondrina, Mogote, Picadillo, Cascabel, Paují y una
treintena de otros forajidos. Era el terror de los hacendados y de los viajeros
que se atrevían a circular, por el camino que conduce de Turmero a Maracay.
Para ser dominado se reunió una fuerza de quinientos hombres, entre ellos unos
veteranos o fuerza élite como se dice ahora, enviados por el general Páez. Todo
esto de acuerdo al relato novelesco del autor de Zárate y Venezuela heroica.
Titularidad de la
Tierra
En época de la
colonia el espacio territorial de la Parroquia Pacheco Miranda, pertenecía al
Marqués de Mijares y a los condes de Tovar. Muy avanzado el Siglo XIX, los
dueños fueron entre otros Felipe Casanova, el general Raimundo Fonseca y su
hijo de igual nombre. En el siglo XX la cadena titulativa protocolizada en la
Oficina Subalterna de Registro de Turmero, tiene la siguiente secuencia.
*José Vicente Gómez
compra al señor Raimundo Fonseca, las haciendas y potreros que hoy son
extensiones de la Parroquia, como La Providencia, el Cerrito, Tucupido. El
documento tiene el N° 51 y está fechado el 4 de junio de 1926.
*Juan Vicente Gómez
compra a la señora Josefina Revenga de Gómez e hijos, herederos de José Vicente
Gómez, las posesiones anteriormente citadas. Documento N° 31 de fecha 15 de
noviembre de 1930.
*Por acuerdos del
Congreso Nacional de fecha 19 de agosto y 21 de septiembre de 1936, las
pertenencias de Juan Vicente Gómez pasan a propiedad de la nación. Documento N°
24 de techa 14 de diciembre de 1937.
*Placido Daniel
Rodríguez Zavarce, en representación de la nación, da en venta al señor Rafael
Rojas, mayor de edad y domiciliado en Turmero, un lote de terreno constante de
treinta hectáreas, denominado San Joaquín o La Talavera, que forma parte de la
hacienda de propiedad nacional conocida como La Providencia. La porción vendida
está determinada por los siguientes linderos: Norte, cerro Santa Marta; Sur,
parcelas de La Providencia; Este, local donde funciona La Escuela Práctica de
Agricultura La Providencia; Oeste, fundo El Tierral, de propiedad nacional. El
documento está signado con el N° 7 de techa 22 de julio de 1953. En este título
de propiedad, consigo por vez primera el nombre de San Joaquín.
El Santo Patrón
En la civilización
cristiana toda comunidad elige un defensor o protector. En la Parroquia Pacheco
Miranda el escogido fue San Joaquín, nombre que se había popularizado en el
sector. El Santo es titular de una Iglesia y anualmente hay un día para su
fiesta litúrgica, que es el 26 de julio. De San Joaquín se sabe que era esposo
de Santa Ana, que su hogar fue bendito con el nacimiento de una hija, conocida
en el mundo católico como La Virgen María. Joaquín muere a los 80 años y es
invocado por los esposos cristianos; Ana fallece a los 79 y es suplicada por
las parturientas para tener un buen alumbramiento, por los que desean casarse y
por el éxito matrimonial, también por las que desean tener hijo. En el idioma
hebreo Joaquín significa El señor Juzgará y Ana equivale a Graciosa.
Las comunidades de Caprotana, Bicentenario, La Herrereña, Montaña
Fresca, Francisca Duarte, La Providencia, El Tierral, Metropolitano, Las
Margaritas, Parcela 13, 14, 15, 16, 17, 18 y 19; Los Rosales
de San Joaquín, Urbanización Villas Paraíso, Urbanización La Orquídea,
Bungavillas, Caiproce, San Joaquín 1, 2 y 3 y todos los Centros poblados
aposentados entre el caño de Guaracaparo (Caño Colorado) y la Escuela Práctica
de Agricultura La Providencia; desde la fila de la serranía que divide el valle
de Guayabita de El Mácaro y el valle de Tucupido, hasta la avenida intercomunal
Santiago Mariño, logran su condición de Parroquia el 16 de diciembre de 1997,
con el nombre de Alfredo Pacheco Miranda, por insinuación del Dr. Ciro Guzmán
Morillo, cronista de la ciudad de Turmero. El epónimo designado fue un
intelectual turmereñio, autor de una producción literaria escrita en prosa,
entre ellas las novelas El Escarabajo de Esmeralda y El Triunfo de Silvano; era
dueño de una extraordinaria fuerza expresiva, que le consagra como orador. Sus
colaboraciones a los periódicos, las firmaba con el seudónimo de Capitán
Veneno. Fue fundador del cine Capítol y el primero en contratar con el Concejo
Municipal, para traer la luz eléctrica a Turmero. El homenajeado era hijo de
José Pacheco Lugo y Marta Miranda, sobrina nieta del generalísimo Francisco de
Miranda. Estuvo casado con Teresa Lugo y su descendencia fue Alfredito, José,
Dilia, Elvia, Mery, Yolanda, Andrés, Alais y Teresita. Representó al estado
Aragua, como Diputado al Congreso Nacional y es suya la proposición de
confiscar los bienes de la sucesión Gómez. Nace en Turmero el 9 de Julio de
1888 y fallece en la misma ciudad el 21 de enero de 1940.
Nota Finible
En este diciembre
del año 2003, al conmemorarse el sexto aniversario de la parroquialización, San
Joaquín es ejemplo vivo del destino de cada uno de sus habitantes. Allí se vive
con el orgullo de ser miembro de una comunidad que crece en la tierra del
encanto, la amistad y el trabajo. Encabezados por la Junta Parroquial integrada
por Luisa Moreno (Presidenta), Cristóbal Heredia (Vice-Presidente) y Yiannitsa
Franceschi (Vocal), San Joaquín es la casa común donde se cultiva la mutua
comprensión y el compartir, para lograr un futuro mejor.