De la pasión por la ciudad y sus personajes, obligante es la indagación
en torno a uno de sus hijos, que presenta una biografía excepcional y
meritoria, por los variados campos de su quehacer intelectual, por ser un
funcionario al servicio de la República y por su condición de oficial de
Artillería del Ejército venezolano. Me refiero al señor Andrés Pacheco
Miranda, quien ve la luz en Turmero el 13 de febrero de 1885 en el hogar de los
esposos José Pacheco Lugo y María Miranda Cabeza de Vaca, nativa de San
Sebastián, nieta de un hermano del Generalísimo Francisco de Miranda,
Precursor de la Independencia americana. Recibe la instrucción elemental con
maestros de su pueblo, entre ellos José Ángel Rodríguez; por informe que reposa
en el Archivo Municipal se sabe que en 1895 estaba matriculando en la Escuela
de Niños del Municipio, siendo su preceptor el señor A. Montes de Oca. En crónica
titulada "Los maestros de la edad feliz", don Andrés nos dice que su
"sexto y último guiador mental" fue el señor Rafael Motamayor, que
acostumbraba platicar con sus antiguos alumnos "a la sombra de los
árboles frondosos del Parque Mariño".
Su incorporación a las Fuerzas Armadas ocurre en 1900, quedando a las
órdenes del coronel José Rafael Seijas. En 1901 forma parte de un cuerpo de
1.500 hombres, que invaden a Colombia por Carazúa (La Goagira), misión que
termina en descalabro para las fuerzas venezolanas. Contando con 16 años se
encuentra en La Victoria enfrentando a los 14.000 rebeldes que, acaudillados
por el banquero Manuel Antonio Matos, pretendían derrocar al general
Cipriano Castro; en esos combates sufre una herida en el brazo izquierdo, por
lo que decide retirarse del ejército. Su amigo el general Francisco Linares
Alcántara (hijo), le extiende un reconocimiento, donde puede leerse que el ciudadano
"Coronel Andrés Pacheco Miranda, ha militado en el ejército de Aragua, durante
la campaña contra la revolución acaudillada por el general M. A. Matos y que,
al prestar sus importantes servicios, se ha conducido con lealtad, valor y
disciplina, haciéndose por tanto acreedor al reconocimiento del Gobierno Liberal
Restaurador".
En su vida pública fue jefe civil de Santa Cruz, director de Política de
Aragua, diputado y vicepresidente de la Asamblea Legislativa del mismo
estado, en el año 1908. En Miranda fue canciller de la Corte Suprema del
estado, secretario general, tesorero, secretario privado de Rufino Blanco
Fombona; presidente del estado; diputado a la Asamblea Legislativa Mirandina.
Entre 1939 y 1941, fue secretario privado del general Francisco Linares
Alcántara, presidente de Aragua. Fue miembro de la Academia Nacional de la
Historia por el estado Miranda, del Centro Mirandino de Historia y de la
Sociedad Bolivariana. Ostentó la Orden Francisco de Miranda, en su segunda
clase.
Andrés Pacheco Miranda, un autodidacta devenido en erudito, tuvo vocación
por el periodismo y por las letras. Formó parte del equipo fundador de El
Universal luego ingresa a La Religión; también fue colaborador de los
rotativos La Esfera, El Heraldo, El Impulso y de varias revistas literarias,
su vinculación con el diarismo fue por 70 años. Como escritor trató —entre
otros temas— la temática local y los recuerdos de la juventud; varios de esos
escritos fueron recopilados y publicados por el Concejo Municipal de Mariño en
1978, con el título de Turmero, tierra mía, con motivo de los 358 años de la
ciudad.
También es suya la inscripción gratulatoria colocada en el pedestal de
la estatua del héroe epónimo del municipio, donde se recuerdan los nombres de
los turmereños que lucharon en la guerra emancipadora.
Andrés Pacheco Miranda en dos oportunidades contrajo matrimonio,
primero con Clara Anderson, luego con Pía Teresa García, de ambos matrimonios
enviuda. El oficial castrista, autor de La tragedia del centauro, concluye su
vida en Los Teques, el domingo 10 de abril de 1988, a la edad de 103 años. En
su honor una escuela de la parroquia Samán de Güere luce su nombre como
epónimo.
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