lunes, 27 de julio de 2015

CHUAO: PUEBLO DE COSTA Y CCAO

CHUAO:PUEBLO DE COTA Y CACAO
Un valle famoso de la costa aragüeña, por donde corre el río Tamaira, con tantas histo­rias viajando por sus aguas, es Chuao, parro­quia del municipio Santiago Mariño, con un fascinante poblado aposentado a cinco ki­lómetros de la playa. Un fruto de su genero­sa tierra ha conquista­do el envidiable reco­nocimiento de ser con­siderado, desde la épo­ca colonial, como el «Mejor  Cacao del Mundo».
Prólogo de su historia
El 23 de febrero de 1568, Diego de Lozada, fundador de Caracas, otorga a Justo Desque una encomienda en la costa, el valle de Chuao incluida en ella, pero es Abraham Desque quien aparece como enco­mendero. Todo hace presumir que se trata de la misma persona. Para 1591 la encomienda está vacante y el gober­nador Diego de Osorio la concede a Cristóbal Mejía de Avila. En 1649, por resolución del gobernador Pedro León Villarreal, Pedro de Liendo -esposo de Catalina Mejía de Avi­la- recibe las tierras de Chuao. Corriendo los días de 1671, Cata­lina Mejía instituye la obra pía y dispone que, con la venta del cacao, se costearía las capella­nías del Convento de San Francisco y del Hospital de Caracas y se pagarían los dotes (matrimoniales) de las casaderas pobres. El obispo Mariano Martí, en su peregrinaje por Venezuela, llega a Chuao el 31 de diciem­bre de 1772, ordenan­do la conclusión de la iglesia que estaba en construcción. Después de la Independencia, Simón Bolívar, por de­creto del 24 de junio de 1827, entrega el sitio y la hacienda a la Univer­sidad Central de Vene­zuela.
Presidentes propietarios del lugar
Dos mandatarios ve­nezolanos que, en ejer­cicio del poder, se hi­cieron dueños de gran­des extensiones de te­rrenos, se citan como propietarios de Chuao. El primero fue Antonio Guzmán Blanco, que la adquiere por compra que hace al señor An­tonio V. Medina, según consta en documento registrado en la Ofici­na de Registro del Dis­trito Federal, el prime­ro de junio de 1886, bajo el N° 800 del Pro­tocolo Primero, tomo 2; instrumento registra­do también en la Ofici­na Subalterna de Regis­tro del Distrito Girardot del Estado Aragua. el veinticinco de julio de 1886, bajo el N° 56 del Protocolo Primero.
A la muerte del Ilus­tre Americano, la here­dad corresponde por partes iguales a sus cin­co hijos varones: Ber­nardo Antonio, Diego, Roberto, Simón y An­tonio; quienes venden al general Juan Vicen­te Gómez, identificado en el documento como «mayor de edad, Co­mandante en Jefe del Ejército Nacional, pro­pietario, hábil para contratar y residencia­do en la ciudad de Maracay, capital del Esta­do Aragua». El precio convenido para la ven­ta fue un millón qui­nientos mil bolívares, que los vendedores de­claran haber recibido en dinero efectivo y a satisfacción. También hacen constar que la hacienda Chuao «tiene una servidumbre activa a su favor, de derecho de paso por la hacien­da Guayabita, para comunicase con Turme­ro». En la venta queda incluida «la marca de comercio Chuao, expe­dida por el Ministerio de Fomento de los Es­tados Unidos de Vene­zuela, 31 de octubre de 1909, bajo el número 262, para distinguir los cacaos de la hacienda vendida y también los derechos que puedan pertenecer a los vende­dores en materia de hi­drocarburos y demás sustancias similares». Este documento está firmado entre otros por el doctor Rafael Max Valladares, otorgante apoderado del señor Antonio Guzmán Blan­co (hijo) y está registra­do en la Oficina Sub­alterna de Registro del Distrito Mariño del Es­tado Aragua, el 20 de octubre de 1930, bajo el N° 12, Protocolo Pri­mero, cuarto trimestre; me fue facilitado por mi habitual pesquisa por lo histórico: Pedro Reyes Ponce.
Miscelánea final
En anterior párrafo se lee que está oficiali­zada una marca comer­cial, para distinguir los cacaos que produce la tierra que motiva la presente crónica, recor­datorio que hago para desvirtuar una nota aparecida en la página F-8 del diario El Siglo, correspondiente a su entrega del 29 de octu­bre del año 2000, don­de se puede leer que el Ministerio de Produc­ción y Comercio (MPC) «otorgó la pri­mera solicitud de deno­minación de origen al famoso cacao de Chuao, cosechado en nuestra costa aragüeña. Esta es la primera vez en la historia que se concede una denomi­nación de origen en Ve­nezuela, de un produc­to notorio, autóctono de una región geográfi­ca determinada». En verdad el otorgamiento de marca de origen se dio al «Mejor Cacao del Mundo», en la fe­cha anotada en el docu­mento de venta al ge­neral Juan Vicente Gó­mez: 31 de octubre de 1909, bajo el número 262. El otro comenta­rio adicional lo motiva el otorgante apoderado de uno de los vendedo­res, el abogado Rafael Max Valladares, profe­sional dedicado a los negocios. Cuando los lagos de asfalto y otras manifestaciones del petróleo captaron la atención de nacionales y extranjeros para su posible explotación, Rafael Max Valladares, el 2 de enero de 1912, recibe la más grande concesión petrolera que hubiera entregado el gobierno de los Es­tados Unidos de Vene­zuela. El día 4 del mis­mo mes y año la trans­fiere a la Caribbean Petroleum.
Chuao es un tesoro de la costa aragüeña, con casi todo lo que pueda esperarse de un destino caribeño; es un extraordinario lugar que ha deslumhrado, durante cientos de años, a los viajeros que tienen la suerte de conocerlo. Allí se lle­ga por mar desde Choroní o por senderos de montañas de exube­rante vegetación; una de esas veredas, ser­penteando la espesura del Parque Nacional Henri Pittier, comuni­ca al pueblo de los Dia­blos Danzantes con Turmero.

UNA HISTORIA DONDE YA NADIE ESTA!!

UNA HISTORIA DONDE YA NADIE ESTÁ!!!
Para los que nunca nos hemos alejado de nuestro pueblo, esta cró­nica es un eco reflejado en los recuerdos, porque es un resucitar de imá­genes del antiguo vecin­dario, de la época en que todos nos conocía­mos, cuando nuestras calles eran de tierra, sin nada por encima que aplacara el polvo, que inmisericordemente se adhería al cuerpo y a la vestimenta. En ese tiem­po, al acercarse el mes de febrero, escogían una de esas vías y con palos y bambúes, amarrados con mecates, cerraban las bocacalles: en un extremo hacían el corral para los astados y ya estaba lista la manga para el coleo de los cua­tro días de fiestas en honor a Nuestra Señora de Candelaria. Luego, alegrías a raudales, pasodobles y lazos, colea­dos en la camisa de los deportistas por hermo­sas mujeres, en premio a las hazañas de los co­leadores.

En ese escenario, que podía ser cualquier ca­lle pueblerina, destacó la figura de Juan de Dios Rodríguez La Rosa, nacido en nuestra tierra, con suficientes credenciales para ser considerado, en su épo­ca, el mejor coleador de Aragua. En sus hechiza­dos admiradores causa­ba delirio y emoción, seguidores que llegaron a identificarlo como Juan Pila. Por sus des­trezas era infaltable en los festivales organiza­dos en los pueblos ve­cinos. Sus experiencias trató siempre de trans­mitirlas a los jóvenes que se iniciaban en el rudo deporte del coleo.

En la tarde del 2 de febrero de 1957. Juan Pila, montando su caba­llo Tabaquito, salió a troche y moche y demás sebos deparados por su veteranía, a cubrirse de glorias y de lazos, en la larga calle Ricaurte. Pero el destino, en la esquina de Flor de Mayo, tenía una aviesa intención para él: su corcel le derriba y luego cae sobre su hu­manidad. Por el acci­dente es conducido por sus amigos a la casa de Jesús Gavidia, veterano gallero y experto caza­dor; al día siguiente, al no mostrar mejoría, es trasladado al Hospital Civil de Maracay, don­de su existencia se apa­ga. En el ceremonial de su despedida, manos del pueblo adornaron su ataúd, con muchísimos lazos de diferentes co­lores. En su honor, los jóvenes a los que siem­pre trató de enseñar, se organizaron en el Club de Coleo Juan Pila, siendo registrado en el IND como la primera asociación de su tipo. Posteriormente, ese pri­mer club, en conversa­ciones con similares de otros estados, fue base para la constitución de la Federación Venezola­na de Coleo. Sólo me resta agregar que jamás se ha visto otro coleador como Juan Pila.

Leer pequeñas histo­rias (como esta) es des­pertar los recuerdos de la nostalgia, es "buscarse donde uno ya no está" (Femando Savater).
NOTABLES DE LA CIUDAD
Tengo, entre mis cosas más apreciadas, un folle­to mecanografiado en 1961, que me obsequiara su autor Félix Acosta, con el título Algunos datos sobre figuras notables de Turmero, compilación de pequeñas biografías lo­gradas con habilidad y destreza, gracias a la pa­sión que siempre tuvo el referido escritor por la in­vestigación histórica. Leerlas es mirar el ayer a través de un hombre que construyó, con su autodidactismo, su sapiencia en torno al pasado de su pue­blo. Las semblanzas que siguen tienen sustento en sus indagaciones.



Esbozos biográficos

Matías Lovera, este patriota aparece en el es­crito gratulatorio, redac­tado por Andrés Pacheco Miranda, colocado en el ahora inexistente mono­lito cuya parte superior exhibía el busto de San­tiago Mariño. Fue un hombre de coraje, defen­sor jurídico de muchos que tuvieron protagonis­mo en la vida de la Pri­mera República. Ningu­no de sus defendidos fue al paredón, como solici­taban las autoridades co­loniales. Se supone que era hermano de Juan José Lovera, también incluido en la misma inscripción de reconocimiento.

En relación a Matías Lovera, es pertinente una aclaratoria. Al plasmar los nombres de los héroes tur-mereños, en la nueva ta­bla recordativa adosada al pedestal de la estatua del héroe epónimo, su nombre fue omitido, interrumpien­do la perennidad que se debe a su memoria.

Fernando Tremarías se afilia al movimiento independentista desde la Primera República. En­frentó a Vignoni en los sombríos sucesos de Puerto Cabello; se le si­guió juicio por intentar volar el castillo de esa ciudad portuaria. Sufrió prisión en Puerto Rico.

Domingo Tremarías, sacerdote que abraza la misma causa de su her­mano. Por su participa­ción en la República de 1812 soporta innumera­bles arrestos.

Vicente Villanueva, desde Bogotá en 1828, el Libertador lo nombra se­gundo comandante del Batallón de Milicias de Aragua.

Braulio Barrios, hom­bre de inquietudes, asiste a la convención de Valen­cia en 1830. Junto al sa­bio Vargas, serán las úni­cas voces que se oyen con­tra las ingratitudes que le­vantan a Bolívar. Luego aparece en Caracas, diri­giendo un periódico deno­minado La Prensa.

Francisco de Paula Guevara Santander, en su juventud, escribió algunos folletos sobre poesía, co­laboró en periódicos de la época. Desempeñó impor­tantes posiciones en la Corte de Casación.

Doctor Adolfo Fridensberg, notable médico nacido en La Guaira el 14-4-1849  y radicado en Turmero, donde muere el 16-5-1908. Fundador del "Socorro Popular", para beneficio de las clases ne­cesitadas, que él receta­ba gratuitamente y logró que el comercio pagara las medicinas. El doctor Fridensberg fue, además, catedrático de la Univer­sidad Central, trabajó en asuntos literarios con el doctor Rafael Seijas, es­tudió las aguas termales de Barbacoas. Fue miem­bro de la Sociedad de Ciencias Físicas y Natu­rales de Caracas.

Hermelinda Ramos, la segunda Teresa Carreño de Venezuela. Recorrió con su arte a la América, murió en Brasil.

Mercedes Sarco Villena, calidad extraordinaria fueron las manos de esta mujer, para la ejecución del piano. Logró ser con­tratada por una compañía de arte lírico que recorre toda Venezuela y parte de Las Antillas.

Valeriano Ramos, mú­sico y compositor (1896-1957). Autor de Brisas de Aragua, Valle de Chuao, Aires de Turmero, El gua­rapo, El pajarilla aragüeño, el joropo Pancho Pepe. Su marcha en ho­nor al coronel Pedro Arévalo es la consagración de su talento musical.

Rafael Ravelo Cáceres dedicó su vida al ejer­cicio de la docencia. Re­gentó una escuela muni­cipal de varones, las cla­ses eran nocturnas, para atender a los jóvenes que trabajan en el día. Su sueldo mensual era de sesenta bolívares.

Rafael Seijas nace en Turmero el 17 de marzo de 1836. su partida de bautismo fue localizada por el doctor Ciro  Guzmán en los libros de la Iglesia Nuestra Señora de Candelaria. De joven via­ja a Caracas, donde hace sus estudios de secunda­ria y universitarios. Fue políglota, con excelente dominio del latín, fran­cés, inglés y alemán. Ejerce el Ministerio de Relaciones Exteriores y es autor de la obra El de­recho interamericano. Hizo frente a la usurpa­ción inglesa en nuestra Guayana Esequiba. Falle­ció en Caracas en 1901.

Historiador historiado

Félix Acosta fue un hombre con el don de ha­cerse entender. Proclama­ba en todo momento su gentilicio turmereño; en verdad nació en nuestro pueblo el 15 de noviem­bre de 1909. Por sus ideas políticas sufrió exilio en La Habana, durante el go­bierno de la Junta Militar que sucede al maestro Rómulo Gallegos. Como historiador, toda su escri­tura se vuelca hacia atrás, alucinado por la riqueza cultural y la herencia his­tórica. Dividendos de esa adicción son sus obras: Chuao y su carretera. Orígenes de la Colonia Tovar, La imprenta y el periodismo en Aragua: Amador Guzmán, su mú­sica y el deporte. Valeria­no Ramos y su música po­pular, Venezuela y los despojos de Guayana. Su ciclo vital concluye en La Victoria, el 25 de julio de 1987. Había acudido a esa ciudad con motivo del 199° aniversario del nata­licio del general Santia­go Mariño.

Estas imágenes de celebridades emblemá­ticas de la ciudad es muestra del universo histórico de Turmero. '"La Versalles de Ara­gua", de donde provie­ne la imaginación de Mario Abreu y la inspi­ración de Federico Villena, el Rossini de América" (Luis Alberto Crespo).
UN JUGADOR INOLVIDABLE!!


El sábado 8 de septiembre del año 2001 fue un día de tristeza para los amantes del béisbol. Un pelotazo que no se sabe de dónde salió, deja out a Luis Rodríguez, estelar pelotero profesional, juga­dor de 16 campañas entre el Va­lencia Industriales y los Tigres de Aragua. Nació el 6 de marzo de 1937 en Turmero, específicamente en Güerito. hijo de Rafael Amos Rodríguez Pacheco y de María Carmona.

En el norte perteneció a la or­ganización de los Rojos de Cincinati, llegando a triple A; también jugó en Canadá y México. En la primera incursión a Estados Uni­dos bateó 370 con 20 jonrones; en Venezuela fue 4to bate en los equi­pos donde militó. Entre los juga­dores nativos, su brazo está con­siderado como el más fuerte y cer­tero de todos los tiempos, y fue el corredor más rápido de home a primera. Vitico Davalilo, otra glo­ria del béisbol venezolano, lo co­loca en su All Star como el mejor Right Field nacido en nuestro país. Después de su retiro, dedica su tiempo a los jóvenes de la Liga de Béisbol Menor de Maracay. don­de se mantuvo por 23 años.

En nombre de toda la gente de Turmero expresamos nuestras condolencias a su esposa Haydée, a sus hijos José Luis y Gustavo, a sus hermanos José Ángel y Leida Rodríguez y demás familiares cer­canos.

jueves, 16 de abril de 2015

Epónimos de  grandecía
Puedo escribir con cierta seguridad que na­die, o casi nadie, para acercarme más a la rea­lidad, recuerda en este año 2001 que en el cen­tro de la ciudad, al fren­te del antiguo Palacio Municipal, la demolida casa de los nueve pila­res, hubo un espacio tan arborizado como nuestra querida Plaza Mariño, donde los vecinos solían reunirse con gusto y pla­cer para su esparcimien­to en los ratos libres; quizás por su tamaño la gente la llamaba plazoleta. Como nunca estoy ni en el mismo libro, ni en la misma página, pude leer en un docu­mento municipal, fecha­do el 23 de octubre de 1937, firmado por el Síndico Procurador Mu­nicipal de la época, se­ñor Amador C. Guzmán, que el nombre oficial del lugar era Parque Simón Rodríguez. Fiel a mi ideología de darte a co­nocer el pasado de todos los rincones de la ciu­dad, busco auxilio en ese curioso colaborador de mis trabajos que es la in­vestigación histórica.
Origen de la propiedad
El génesis de la pla­zoleta lo encontramos en la adquisición que hace elConcejo Municipal del Distrito Mariño de un terreno al señor Si­món Bravo, que antes había pertenecido al ge­neral Francisco Navas Alcántara. El documen­to de compra está auten­ticado en el Juzgado del Municipio Choroní, por residir allí el vendedor, fechado el 13 de abril de 1921. El precio de la venta fue de cuatrocien­tos bolívares. La exten­sión negociada tiene los siguientes linderos: na­ciente, Casa Municipal y su fondo, calle en medio; poniente, casa de suce­sión Curtois y de Aureliano Trujillo: norte, casa de Amelia Blanco, calle en medio, y sur, casa de Olimpia Curtois, calle Miranda en medio. Este título de propiedad está registrado en la Oficina Subalterna de Re­gistro del Distrito Mariño bajo el número 18, en fecha 29 de abril de 1921. Las copias en los libros tienen las firmas de Carlos R. Rodríguez (presentador), Felipe Gómez López y Carlos Blanco Galeno (testigos) y Rafael J. Pérez (regis­trador).
El Parque Simón Ro­dríguez existió hasta 1940, cuando el general Francisco Linares Al­cántara (hijo) ejercía por quinta y última vez la presidencia del estado. Ese año el gobierno re­gional inicia la construc­ción de dos modestas obras; los trabajos con­cluyen el año siguiente y corresponde la inaugu­ración a las autoridades designadas por el go­bierno democrático del general Isaías Medina Angarita. El 24 de julio de 1941, el presidente del estado, Tomás Pocanís. en compañía del secretario general de Gobierno. Julio Morales Lara, ponen en servicio el Comedor Escolar Jo­sefa María Ramos y el Dispensario Médico Pe­dro Buznego Martínez, rebautizado luego como puesto de salud Josefina Martínez Rui de Díaz González. En el devenir de los años estas estruc­turas, en diferentes mo­mentos, prestaron servi­cio de prefectura, cuar­tel de policía, puesto de vigilantes de tránsito y sede de la biblioteca Fer­nando Rodríguez, respe­table institución que está muy réquiem in pace, por absurda decisión de un alcalde anterior.
Bosquejos biográficos
Josefa María Ra­mos, a quien la posteri­dad la conoce como Pe­pita Ramos, pianista de profundos conocimien­tos del género clásico, ejecutaba sus conciertos en su hogar de la hacien­da San Pablo, especie de ateneo donde se reunía lo más granado de la intelectualidad aragüeña. Era hija del general Pe­dro Etanislao Ramos y de Carmen Izaguirre.
El historiador Pedro Modesto Bolívar, en su artículo Turmero ante la historia publicado en la revista Candelaria-Turmero 41, hace la siguiente cita tomada de Manuel Modesto Galle­gos: "De las familias que con  más  frecuencia abrían sus salones en Turmero eran las Ramos una de ellas, donde co­nocí —afirma el autor en su narración— a los her­manos Vollmer, Federi­co y Gustavo, que de su hacienda El Palmar iban de San Mateo con fre­cuencia a visitar a la fa­milia Ramos, con quie­nes tenían relaciones amistosas, y cuando los Vollmer llegaban a San Pablo, las habituales re­uniones se convertían en agradables conciertos instrumentales, pues Fe­derico, además del violín, tocaba con gusto el piano; Gustavo, el vio­loncelo; Pepita Ramos es pianista de gusto, y su hermano Pedro maneja­ba la varilla con tal pre­cisión y sentimiento que le arrancaba al violín deleitosas armonías. Muchas veces a tan es­cogido cuarteto se agre­gaba el culto hijo del pueblo, Baldomero Guz­mán, músico de mucho genio que ejecutaba va­rios instrumentos, y era compositor inspirado".
Por una correspon­dencia de Pedro Ramos Izaguirre a su hermana. Eloísa Ramos de Rui, se sabe que en diciembre de 1885 la notable pianista Teresa Carreño pernocta en la hacienda San Pablo. "Como ella (Teresa Ca­rreño) se quedó en nues­tra casa, en la tarde im­provisamos una velada, estando presente mi com­padre Federico, quien junto conmigo acompa­ñamos a Teresita con nuestros violines, mien­tras ella cantaba y tocaba en el piano de Pepita. También se hallaba con nosotros el señor Guzmán, el general Gallegos, el padre Avelino Pina y otros amigos".
Pedro Rafael Buznego Martínez  nace en El Consejo el 2 de agos­to de 1875, farmaceuta de profesión. De 21 años escribe sus primeros poemas, influenciado por la corriente criollista del ambiente literario de la época; en El Cojo [lustrado se publican algunas de sus creacio­nes. En Turmero se es­tablece en 1912, estando al frente de la Farmacia Moderna, sitio de re­unión de los intelectua­les locales.
En Turmero ejerce la medicina y el Jefe Civil del Distrito Mariño, Pe­dro A. Rugeles, reco­mienda al Concejo Mu­nicipal, el 4 de abril de 1925, su nombramiento como médico de la ciu­dad, sugerencia que es aceptada por la Cámara Municipal. El día 7 del mismo mes y año Buznego se dirige al cuerpo edilicio en estos térmi­nos: "Ciudadano Isido­ro González, Presidente del Concejo Munici­pal. Presente. Acuso re­cibo de su atenta corres­pondencia fecha de ayer, en el cual se sirve parti­ciparme que el Cuerpo que Ud. dignamente pre­side me ha designado Médico de Ciudad de ésta población, con el sueldo mensual de ochenta bolívares. Al aceptar el cargo me es grato manifestar a Ud. i a la Corporación mis más expresivas gracias. Soy de Ud. Atento S.S. (firmado) Buznego Mar­tínez".
El doctor Buznego, como lo conocía el pue­blo, fue miembro del Concejo Municipal, ejerciendo incluso su Presidencia; también nos representó como di­putado ante la Asamblea Legislativa de Aragua. A comienzos de 1931 se traslada a Caracas como regente de la Farmacia Alemana (esquina de La Gorda). Fallece en la ca­pital de la República el 19 de junio de 1934.
Reflexiones finales
En el espacio del an­tiguo Parque Simón Ro­dríguez se yergue un edi­ficio de tres plantas, aún sin inaugurar, cubierto con tablillas de greda, con grandes ventanales en aluminio horneado y vidrios; será destinado a la Estación Central de Policía de Turmero.
El nombre del poeta Pedro Rafael Buznego fue escogido para distin­guir la Casa de la Cultu­ra del Municipio José Rafael Revenga. En el pasado mes de agosto se cumplió una variada programación para con­memorar el 126° aniver­sario de su natalicio.
Referencia obligato­ria en esta parte de mi escrito es la situación miñosa que presenta la casa de Pepita Ramos, testigo silente de épocas mejores, donde se re­unían intelectuales y ar­tistas del pasado. La vi­vienda se derrumba ante la indiferencia de los organismos municipales, estatales y nacionales, se ha convertido en peli­grosa guarida de gentes de mal vivir. Sus actua­les propietarios la adqui­rieron por documento registrado en Turmero bajo el número 32, pro­tocolo Io, tomo 3, en fe­cha 18 de octubre de 1999; allí se puede leer que el inmueble tiene 665,86 m: de construc­ción, 278,30 m2 de patio interno, 10 habitaciones, más habitación principal con baño y vestier, 2 ba­ños adicionales y corre­dor típico de casa colo­nial. El título de compra­venta citado, en relación a esta mansión, contiene una observación que re­produzco en toda su  textualidad: "Se encuentra inventariada por el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) como acervo histórico cultural de la nación, y en conse­cuencia con el artículo 43 de la Ley de Protec­ción y Salvaguarda del Patrimonio Cultural, no podrá ser objeto de de­molición o modificación alguna que altere sus condiciones originales de construcción, y por tanto sólo podrá ser res­taurada con la tipología y características de los materiales propios de la época".
Pepita Ramos y Pe­dro Rafael Buznego se abrieron paso en disími­les días, en el universo de la cultura, para dejar un legado imborrable que no acepta marchitez.
Cien años de intelectualidad
De la pasión por la ciudad y sus personajes, obligante es la indaga­ción en torno a uno de sus hijos, que presenta una biografía excepcio­nal y meritoria, por los variados campos de su quehacer intelectual, por ser un funcionario al ser­vicio de la República y por su condición de ofi­cial de Artillería del Ejér­cito venezolano. Me re­fiero al señor Andrés Pacheco Miranda, quien ve la luz en Turmero el 13 de febrero de 1885 en el hogar de los esposos José Pacheco Lugo y María Miranda Cabeza de Vaca, nativa de San Sebastián, nieta de un hermano del Generalísi­mo Francisco de Miran­da, Precursor de la Inde­pendencia americana. Recibe la instrucción ele­mental con maestros de su pueblo, entre ellos José Ángel Rodríguez; por informe que reposa en el Archivo Municipal se sabe que en 1895 es­taba matriculando en la Escuela de Niños del Municipio, siendo su preceptor el señor A. Montes de Oca. En cró­nica titulada "Los maestros de la edad feliz", don Andrés nos dice que su "sexto y último guiador mental" fue el señor Ra­fael Motamayor, que acostumbraba platicar con sus antiguos alum­nos "a la sombra de los árboles frondosos del Parque Mariño".
Su incorporación a las Fuerzas Armadas ocurre en 1900, quedando a las órdenes del coronel José Rafael Seijas. En 1901 forma parte de un cuer­po de 1.500 hombres, que invaden a Colombia por Carazúa (La Goagira), misión que termina en descalabro para las fuerzas venezolanas. Contando con 16 años se encuentra en La Victoria enfrentando a los 14.000 rebeldes que, acaudilla­dos por el banquero Ma­nuel Antonio Matos, pre­tendían derrocar al gene­ral Cipriano Castro; en esos combates sufre una herida en el brazo iz­quierdo, por lo que deci­de retirarse del ejército. Su amigo el general Francisco Linares Alcán­tara (hijo), le extiende un reconocimiento, donde puede leerse que el ciu­dadano "Coronel Andrés Pacheco Miranda, ha mi­litado en el ejército de Aragua, durante la cam­paña contra la revolución acaudillada por el gene­ral M. A. Matos y que, al prestar sus importantes servicios, se ha conduci­do con lealtad, valor y disciplina, haciéndose por tanto acreedor al recono­cimiento del Gobierno Li­beral Restaurador".
En su vida pública fue jefe civil de Santa Cruz, director de Política de Aragua, diputado y vice­presidente de la Asam­blea Legislativa del mis­mo estado, en el año 1908. En Miranda fue canciller de la Corte Su­prema del estado, secre­tario general, tesorero, secretario privado de Rufino Blanco Fombona; presidente del estado; diputado a la Asamblea Legislativa Mirandina. Entre 1939 y 1941, fue secretario privado del general Francisco Lina­res Alcántara, presiden­te de Aragua. Fue miem­bro de la Academia Na­cional de la Historia por el estado Miranda, del Cen­tro Mirandino de Historia y de la Sociedad Bolivariana. Ostentó la Orden Francisco de Miranda, en su segunda clase.
Andrés Pacheco Miranda, un autodidacta devenido en erudito, tuvo vocación por el periodismo y por las le­tras. Formó parte del equipo fundador de El Universal luego ingre­sa a La Religión; tam­bién fue colaborador de los rotativos La Esfera, El Heraldo, El Impulso y de varias revistas lite­rarias, su vinculación con el diarismo fue por 70 años. Como escritor trató —entre otros te­mas— la temática local y los recuerdos de la ju­ventud; varios de esos escritos fueron recopila­dos y publicados por el Concejo Municipal de Mariño en 1978, con el título de Turmero, tierra mía, con motivo de los 358 años de la ciudad.
También es suya la ins­cripción gratulatoria colocada en el pedestal de la estatua del héroe epónimo del municipio, donde se recuerdan los nombres de los turmereños que lucharon en la guerra emancipadora.
Andrés Pacheco Mi­randa en dos oportunida­des contrajo matrimonio, primero con Clara Anderson, luego con Pía Teresa García, de ambos matrimonios enviuda. El oficial castrista, autor de La tragedia del centau­ro, concluye su vida en Los Teques, el domingo 10 de abril de 1988, a la edad de 103 años. En su honor una escuela de la parroquia Samán de Güere luce su nombre como epónimo.
Descansa,  Molinete
Con Néstor Borges se ha ido un linaje. Se ha marchado un artis­ta de la plástica, ira­cundo y pugnaz, a quien siempre recor­daremos por su in­mensa obra, en nues­tro gentilicio más ín­timo; contemplar los trazos de sus pinceles es un regusto de la vida. Fue inquieto en todo su existir, por travesura se hizo no­villero y así nació Molinete, vivo recor­datorio de Manuel Rodríguez Sánchez, el gran Manolete de la tauromaquia españo­la. Alejado de los rue­dos, con su mote tau­rino se identifica en el dibujo publicitario. Un día de su adoles­cencia, Mario Abreu, el creador de los objetos mágicos, le vio pintando una lluvia y, fascinado por las con­diciones del mucha­cho, articula su reac­ción: "Mañana te lle­vo a la Escuela de Artes Plásticas". Al día siguiente el maes­tro y el novicio cruza­ron juntos el portón de la "Rafael Monas­terios" de Maracay, instituto que recibe a Borges como estu­diante.
Néstor Borges, o Molinete, como usted lo prefiera, fue pai­sajista. Buscador eterno de la belleza en las calles, en caminos y veredas de la cam­piña aragüeña. En la pesquisa de nuevos motivos para su arte encuentra inspiración en el agua, el aire, las hojas, las rocas, ele­mentos naturales que le llevan a lo abstrac­to, técnica que él bau­tiza como "Oxigena". Innovación que comienza en los mu­rales y luego la tras­lada a los lienzos, a los que da orden nu­mérico una vez termi­nados.
Presintiéndose en los lindes de la muer­te, el artista, nacido en Turmero el 26 de febrero de 1948, con su índice derecho se­ñalaba al cielo, para decir a su numerosa feligresía, siempre atenta a su irónico verbo: "Pronto estaré con mi pana Hugo". Molinete, cumplien­do su palabra, nos dejó el 1 de abril del año 2001.¡Qué ca­sualidad! Ese día es la fecha natal de su compinche Hugo Rangel.
Néstor: la copa de tu libar está vacía, nun­ca más será escancia­da con otros vinos, ni otra caña clara, ni otro anís, ni otro cocuy. Con tu partida ya es­tán juntos en la eterni­dad, tres irreverentes convictos y confesos: Mario Abreu. Hugo Rangel y tú, que fuiste el último en cumplir la cita. Descansa, Moli­nete, llegó el fin de tus andares.

miércoles, 25 de marzo de 2015

 EL GUASIMO, LA CASONA Y SAMAN TARAZONERO
La mejor manera de conocer tu país, tu municipio o el lugar donde vives, es por medio de las lecturas. Así puedes comprender lo que ha sucedido a tu alrededor y profundizar en nuevos conocimientos, que los narradores te explican con el auxilio de la historia y la brevedad del ensayo. En esta faena sembradora de conocimientos, nos respaldamos con nuestras particulares investigaciones, sobre un sector de la geografía mariñense, que sometido a presiones demográficas, muy pronto devino en centros poblados.
II
Esta singular historia tiene su génesis el 4 de enero de 1945, según el documento No. 1 copiado en los libros del Registro de Propiedad Inmobiliaria de los Municipio Marino, Libertador y Linares Alcántara. En esa fecha la señora Carmen Luisa Mazutiel por el precio de ciento cuarenta mil bolívares, vende al señor Carlos Arturo Díaz Rodríguez, ciudadano de origen neogranadino, cinco fundos ubicados en jurisdicción de nuestro Municipio, espacios que son identificados en la siguiente fragmentación.
-Hacienda El Samán (la de mayor extensión)
-Posesión El Guásimo.
-Derechos sobre la vega El Guásimo.
-Terreno El Guásimo.
-Un área de terreno en el lugar denominado Güere.
Estas fincas al ser integradas en una sola unidad, quedaron con el siguiente alinderamiento: Norte, carretera de Maracay a Turméro. Sur, camino de Cachipo a El Guásimo. Este, Haciendas El Mácaro y Villegas. Oeste, potreros La Trinidad y Libertador. Dos corrientes de agua humedecían la campiña: las acequias El Mácaro y La Comunidad, que corría hacia las Haciendas El Jambral y San José. También recordamos que por estos terrenos, se tendían las líneas de circulación del gran Ferrocarril de Venezuela.
III
Estando en posesión de lo comprado, el señor Díaz Rodríguez se dedica a la siembra de algodón, maíz, bananos y cultivos de ciclos cortos. Fomenta la cría de vacunos y por lógica tiene que construir establos para atender el ganado lechero. Muy cerca de la vaquera, edifica una hermosa casona de rasgos coloniales, con techos de  madera y cubierta de tejas; al centro de la estructura levanta un mirador para explayar desde lo alto, la vista sobre la estancia. En esta mansión campestre habitó el propietario, su esposa Elba Polanco y los descendientes Jorge y Carlos Díaz Polanco. La finca tenía el acceso principal por la llamada puerta roja, entrada que estaba frente a lo que hoy es la Aldea Universitaria. El Señor Díaz Rodríguez era una persona de mucha iniciativa empresarial, fue presidente de la  Asociación Nacional de Cultivadores de Algodón, que tenías sus galpones industriales en la avenid Gonzalito, de la parroquia Samán de Güere. Buscando otros rumbos operacionales, extiende su laborosidad y sus inversiones hacia el Estado Yaracuy. Sus propiedades rurales fueron afectadas por numerosos gravámenes y el 20 de marzod e 1970, mediante documento No. 82, las vende al Sindicato de la Leche SA (Silsa).
IV
Sobre los terrenos explicitados en este ensayo, hacemos las precisiones finales:
En ellos se desarrollaron las urbanizaciones conocidas como La Casona I y II. Por asociación al nombre de Eloy Tarazona, quien fuera ayudante (Edecán) de Juan Vicente Gómez, los otros proyectos habitacionales se llaman Samán Tarazonero I y II.
El lindero oeste de la extensión comprada por Carlos Díaz Rodríguez, evidencia que el Fundo Samán Nacional, que ya estaba poblado, se incluyó en la venta que hizo la Señora Carmen Luisa Mazutiel.
Los espacios al margen de la carretera Maracay-Turmero tienen doble titularidad, lo que explica la disparidad en los nombres de las fincas, cuando se hacen comparaciones entre las cadena titulativas.
V.
En este mundo generoso y pleno, donde unos aprenden y otros enseñan, este episodio de la historia mariñense, nos atrapa con sus deslumbres y cuando queremos imaginar, la realidad se refleja frente a nosotros, con todo su razonamiento lógico.
 
LA JULIA: EJEMPLO MUNDIAL DE COMUNIDAD AGRARIA
Hace mucho tiempo te­nía ganas de escribir sobre el tema escogido en esta oportunidad. No sé si es historia o un cuento acurru­cado en algún lugar de mi memoria. Lo que si puedo afirmar es que en su fon­do, hay grandes verdades.

Inicio de los hechos

Esta historia comenzó el 8 de octubre de 1969 con una reunión, efectuada en la casa de habitación del se­ñor Augusto Arguinzones, para dar vida a la Liga Campesina de Turmero. La mayoría de los asistentes eran agricultores aposenta­dos en la hacienda Villegas. Yo tuve el honor de ser de­signado secretario de Actas y Correspondencias, "cam­bur" que disfruté por bre­vísimo tiempo. El gran fac­tótum de la naciente orga­nización agraria, a la que dio todo su fructífero tiem­po, fue Francisco Sandoval, el querido Francisquito en el cariño de todos. A pocos días de la fecha citada, ya teníamos sede por los lados de la esquina de Cagua: en ésta época cibernética, ¿ha­brá alguien que sepa dónde queda esa dirección? Hagan ustedes las indagaciones.

Toma de las tierras

Consolidada la ocupa­ción de la hacienda Ville­gas, se plantea la conquis­ta de los espacios ubicados un poco más allá de la lí­nea férrea del Gran Ferro­carril de Venezuela (tam­bién conocido como Ferro­carril Alemán). Los em­prendedores campesinos, bajo la conducción de su líder Francisco Sandoval, se van instalando en los si­tios conocidos como Jobo Dulce, La Ceiba, San José. Cachipo y La Julia, sector donde se decide hacer un ensayo de comunidad en un área de 18 hectáreas que, en el suceder del tiem­po, fue considerado como Centro Modelo de la Refor­ma Agraria, de gran reso­nancia en el ámbito mun­dial. Las primeras vivien­das (42), fueron entregadas a los adjudicatarios el 27 de septiembre de 1962, fecha que se tiene como día de fundación de la colectivi­dad; estuvieron presentes en el acto, dos políticos de primerísima importancia en sus respectivos países, donde ejercían la Primera Magistratura, Rómulo Betancourt (de Venezuela) y Víctor Paz Estensoro (de Bolivia).

Pequeñas historias

Como todo inicio es ca­lamitoso, fueron vados los problemas a resolver por los mismos pobladores, que hoy cuentan con medicatura, instalaciones deportivas, iglesia, cloacas, acueducto y centro comunal, donde las demostradores del Hogar Campesino orientaban a las mujeres organizadas en el Club de Amas de Casa. En la ejecución de esos traba­jos, el maestro de obras fue “El Negro” José Rafael Sandoval, y el ayudante su progenitor Francisquito.

La primera aula fue un galponcito, que todavía existe, en el fondo de la casa que habitó el pequeño Fran­cisco Sandoval. La maestra era Gladis Elena García Jordán, que venía a pie des­de Turmero, por el viejo ca­mino de tierra que existía, para atender a sus 42 alum­nos: en enero de 1967, la es­cuela fue graduada con el nombre del escritor Maria­no Picón Salas y la maestra Gladis asume su dirección.

En el aspecto religioso, es bueno recordar que las primeras misas las celebró el padre Pedro Moreno, en el local donde funcionaba la escuela. El protector de la comunidad fue selecciona­do en votación directa en­tre San Isidro Labrador y la Caridad del Cobre, que re­sultó favorecida; con el tiempo la consecuencia fue un verdadero sincretismo, porque se hacen festivida­des a los dos patronos y des­de hace varios años, por ini­ciativa de la pujante comu­nidad portuguesa, se hacen rumbosas celebraciones en honor a la Virgen de Fátima, de asistencia muy nu­merosa por los fieles que vienen de otras partes.

Realidad del presente

En este nuevo aniversa­rio de La Julia, el trigésimo noveno, el cultivo de la fér­til tierra, por las manos tra­bajadoras de los agriculto­res, produce los ricos man­jares de sus cosechas para abastecer las mesas de los venezolanos. Este pedazo de tierra es el principal pro­veedor de cambures en el estado Aragua. Las vivien­das han sido remodeladas o construidas en forma mo­derna, el lucimiento de la comunidad es asombroso.

   Informe final

Concluyo mi escrito re­velando una noticia que por muchos años ha permane­cido oculta, y que obtuve en el Registro Subalterno del municipio Mariño gracias a la colaboración que siempre me ha dado el cogollito que forman los abogados Ra­món Valera y Nora Reyes, más la colaboración de la ayudante Aurora Rodrí­guez. En el documento N° 6, de fecha 8 de julio de 1931, Tercer Trimestre, el señor Juan Tovar declara re­cibir del señor Alfredo Sardi. la cantidad de Bs. 50.000 en calidad de préstamo. Para garantizar el pago de lo recibido, consti­tuye hipoteca sobre varias de sus propiedades, entre ellas la posesión de café de­nominada La Pelota o La Julia, alinderada en la si­guiente forma: naciente, ca­mino real que conduce de Turmero a Santa Cruz: po­niente. Hacienda La Con­cepción: norte, camino que conduce de la Estación Turmero del Gran Ferrocarril de Venezuela al sitio llama­do El Guásimo sur, terre­nos que son o fueron de Er­nesto Branger hijo.

Nadie imaginaba que La Julia tenía otro nombre. Lo supo esconder.

lunes, 2 de marzo de 2015

PAYA: MEMORIA Y GENESIS
Uno de los temas más apasionante en el estudio de la historiografía local, es el proceso transformador ocurrido en la hacienda Paya, finca ubicada al noreste de Turmero, espacio que no escapó de los efectos de la Ley de Reforma Agraria, que se adelantó en el país, en la década de los años sesenta y por estar dicha posesión, geográficamente ubicada en la franja de expansión de los centros metropolitanos e industriales del eje Caracas - Valencia, fue sometida a presiones por las migraciones internas, cediendo su espacio agrícola, apenas rasguñado por el hombre, a un desarrollo urbanístico anárquico, para dar cabida a un crecimiento poblacional sin barreras. En este trabajo que es un repaso de acontecimientos para enseñar, se parte desde los orígenes coloniales de la hacienda, hasta el proceso de cambios, originado por el traspaso de tenencia de la tierra.

TRADICIÓN DE LA PROPIEDAD

Un miembro de la rama genealógica de Lorenzo Martínez de Madrid, encomendero de Turmero, llamado Felipe Martínez de Villegas, tenía una siembra de cacao en Paya. En 1637 solicita dicho valle para fundar un hato, petición que le fue satisfecha por el Gobernador Francisco Nuñez Meleán, el 29 de abril de ese año. Por el procedimiento de compra, otros miembros del mismo núcleo familiar, se turnan la propiedad de Paya; Juan de Guevara la adquiere el 3 de diciembre de 1645, vendiéndola a su vez a Luis de Bolívar y Rebolledo, casado con María Martinez de Villegas y Guevara (bisabuelos de El Libertador), el 9 de mayo de 1659. El 18 de enero de 1666, Luis de Bolívar y su mujer, venden la propiedad al Capitán Martin de Tovar, cuyos descendientes han permanecido desde entonces en el llamado Valle de Paya.

En Documento registrado en la Oficina de Registro Inmobiliario de los Municipios Mariño, Libertador y Linares Alcántara, bajo el N° 35 de fecha 7 de mayo de 1965, los descendientes del Capitan Martín de Tovar, hacen partición de bienes heredados. Esta vez los adjudicatarios de los haberes asignados se apellidan Pantin, Ganteaume, Tovar, Monteverde, Alfonso. Estudiando las notas marginales del título, recorremos el trayecto urbanístico transitado en las tierras de Paya.

Harry Ganteaume Tovar y otros condueños, dan en venta pura y simple al Instituto Agrario Nacional (I.A.N.), las haciendas El Rosario y Las Mercedes, ubicadas en el Valle de Paya, la superficie vendida es de 3.296 hectáreas, el precio de la venta es de Bs. 2.801.798,42. La operación está registrada bajo el N° 1 en Fecha 7 de julio de 1965. Por las notas marginales estampadas, se sabe que a la Unión de Prestatarios de Las Mercedes, le fueron asignadas 60 hectáreas. A 80 campesinos les fueron entregadas parcelas, con superficies variables de 4 a 5 hectáreas, de los cuales voy a citar los primeros nombres en ser favorecidos: Ezequiel Piñero, Balbino Benjamín Flores, Manuel Emeterio Sandoval, Gregorio Jacobo Tovar, Luis A. Reyes.

PROCESO URBANIZADOR

En el Valle de Paya se dio la figura de la invasión de tierra, forma de ocupación compulsiva de las parcelas otorgadas por el I.A.N., lo que apresura la intervención del Instituto de la Vivienda del Estado Aragua, programando construcciones en los espacios tomados, surgiendo las comunidades de Pantin, Funda Barrios o Las Terrazas, Canaima, Rio Seco y Los Prados I, II, y III

Otros sectores poblados en Paya son los Hornos, Brisas de Paya, Paya Abajo, Rosario de Paya, El Cafetal, Pasaje Canihouse, Valle Verde, Colinas de Vallecito, El Espinal, Los Mangos, Primero de Mayo Norte, Primero de Mayo Sur, La Intercomunal, La Arboleda, Las Palmas, El Cambur, Las Mercedes, Vega Grande, Vista Hermosa, Covalongo, Brasen, Las Rurales, Pantanal, Bolívar, Robinsón, Las Piedras, El Bosque.

PARROQUIALIZACIÓN

El indiscriminado establecimientos de centros poblados le dio a Paya, rango especial en la demografía mariñense, había una realidad inocultable y la Asamblea Legislativa del Estado Aragua, la parroquializa en unión con la Hacienda Guayabita, importante sector agrícola en el lindero oeste, conforme a publicación de la Gaceta Oficial Extraordinaria del Estado Aragua, signada con el número 332 de la fecha 20 de diciembre de 1995, distinguiéndola con el epónimo de Pedro Arévalo Aponte. Conforme a la Ley Orgánica del Régimen Municipal, el Concejo Municipal de Marino designa una Junta Parroquial, el 18 de Abril de 1996, que estuvo en ejercicio hasta las elecciones municipales del 3 de diciembre del 2001, cuando los electores escogieron para regir sus destinos, a los ciudadanos Carlos Silva, Juan Reina y Nelson Martínez. La experiencia comicial se repite el 7 de agosto de 2005 y los electos en esta oportunidad, para guiar al floreciente conglomerado fueron Joel Mijares, Mílvida Franco y Marisol Bolívar.

EL EPÓNIMO

Pedro Arévalo Aponte fue un turmereño nacido el 29 de junio de 1767, hijo de José Buenaventura Arévalo y María Magdalena Aponte. Tuvo gran participación en los sucesos del 19 de Abril de 3810, haciendo causa común con los comprometidos en los sucesos de la fecha. Con Francisco Salías conmina al Capitán General Vicente Emparan a volver al Cabildo y la tradición oral afirma que fue Pedro Arévalo, quien le arrebató a Emparan el bastón de mando. Después de ese día se le designa para trasladar al derrocado Emparan al puerto de La Guaira, rumbo al exilio. Fue Comandante del batallón de las Milicias de Aragua, luego cumple campaña en los Valles del Tuy. Con el triunfo de Monteverde y la pérdida de la Primera República, huye a la Nueva Granada, haciendo resistencia a Morillo en la sitiada Cartagena. El Coronel Pedro Arévalo cayó prisionero en 1816, después de la derrota de Cachiri, siendo condenado a fusilamiento en Girón, el 18 de marzo de ese año.

POTENCIAL MINERO

Por documento registrado en Turmero, en fecha 16 de febrero de 1912, el señor Domingo de Tovar hace denuncia de haber descubierto un yacimiento mineral que juzga contener hierro y cobre, en forma de filón o veta, en el punto en que la quebrada de Rajuñao cae al río Paya. La mina encontrada abarca doscientas hectáreas que son del denunciante, que bautiza el hallazgo minero con el nombre de La Virgen.

En reafirmación de sus derechos el señor Domingo de Tovar solicita y obtiene del gobierno nacional, la concesión minera de La Virgen, en las doscientas hectáreas de su pertenencia, por un período de noventa años. El documento esta registrado bajo el número 24, en fecha 3 de diciembre de 1912.

ÁREAS TURÍSTICAS

Las personas que tienen la afición de viajar por placer, deporte o para instruirse con los atractivos de una zona, encuentran en la hacienda de Paya, una diversidad de encantos que satisfacen las exigencias de los paseantes. Entre estos valores turísticos se destacan.

Rancho Abu Hanna Un lugar sosegado, anclado en la montaña, donde el albergue es en cabañas construidas con adobes. Es el sitio ideal para el encuentro con la madre naturaleza. De noche la temperatura desciende de 6 a 8 grados. Su creador es el libanés Nabil Saab, que con su hijo Juan, prodigan atenciones a los visitantes del paradisíaco paraje.

Camping Rincón Grande. Fundado por Charles Pantín Herrera, el 15 de agosto de 1973. Es el más antiguo campamento vacacional privado de Venezuela. En sus espacios se cumplen actividades sociales, culturales, recreativas y religiosas.

Zoológico de Paya. Su creación se debe a los esposos Leslie Pantin y Ledia de Pantin. Es un reservorio de animales de la fauna nacional, abierto a los visitantes de Venezuela y del extranjero. En él se han firmado documentales con fines didácticos. Visitarlo es vivir una agradable experiencia con la naturaleza.

Dique del Acueducto. Se encuentra en el sector Vega Grande, construido por el Ministerio de Obras Públicas (M.O.P.), en 1934, cuando era titular del Despacho el señor Antonio Díaz González, casado con la turmereña Josefina Martínez Rui. Represaba las aguas que por gravedad, llegaban a la sala de filtros, frente a la Plaza Marino, elevada luego hasta los estanques situados en El Calvario y en La Encrucijada, para su distribución por el Acueducto Modelo Turmero-Cagua.

Casa Colonial de Paya. Es una mansión fabricada con adobes, de paredes altas y techos de caña y tejas, magníficamente conservada por sus actuales propietarios. Con su mobiliario de la época, se revive el tiempo en que el café y el cacao, eran la riqueza de la Venezuela no petrolera. Extendidos en sus patios, los valiosos frutos eran secados por los inclementes rayos del Astro Rey. Fue morada de los dueños de la hacienda.

MORAL Y LUCES

En la comunidad de Paya, a los niños y jóvenes se les abren las puertas para la educación, en institutos ubicados en su misma comunidad; dicho de otra manera, muy cerca de sus hogares adquieren "Moral y Luces", como indicara El Padre de La Patria. Los Colegios donde cumplen con entusiasmo la hermosa labor son: Pre- Escolar Santiago Mariño, U.E. Rural Félix Manuel Luces, U.E.B. Rafael Seijas, U.E.E.R. Alfonso Rivas, E.B. Valle Verde, E.B. Balbino Blanco Sánchez, U.E.E.R. Las Palmas, E.B. Rafael Taylhardat.

TEMPLO PARROQUIAL Y PATRONA

Los prolegómenos del Templo se sitúan en 1981, cuando se celebraban misas en el sitio conocido como Los Jabillos, cerca de un terreno que había sido escogido para construir la Iglesia. Para 1990 había un Comité que activaba su edificación, presidido por Elba Isabel Vargas de Ramírez. En una misa celebrada con motivo de la Semana Santa, el padre Pan Lago llevó una imagen de la Santísima Virgen, bautizada

por Monseñor Feliciano González, con el nombre de La Virgen Niña, a quien la comunidad celebra su solemnidad el 8 de septiembre, por la fecha de nacimiento de la Virgen María. Por cinco años la atención pastoral estuvo a cargo del diácono Francisco Reyes.

El domingo 16 de noviembre del año 2003, en solemne ceremonia que contó con la presencia de Monseñor Reinaldo del Prette, del padre José Pan Lago, se creó la Parroquia La Virgen Niña. El padre Alexander Reyes fue nominado como su primer párroco.

NOTA CONCLUSIVA

A pesar del esfuerzo investigativo, este trabajo no puede tenerse como obra completa, aún así tenemos una amplia visión historial del Valle de Paya, basado en el extenso complejo de referencias y en investigaciones del autor de la crónica. En la Venezuela del presente (año 2005), la comunidad de Rosario de Paya, es cabecera de una dualidad parroquial, la civil distinguida con el nombre de Pedro Arévalo Aponte y la religiosa bajo la advocación de la Virgen Niña. Es de recordar que el espacio aparroquiado comprende a Guayabita, porción territorial a quien debo cumplir, con un estudio de su evolución histórica. Para la fecha de esta publicación, las comunidades aposentadas en la antigua hacienda Paya, son lugares dormitorios por estar las fuentes empleadoras, en las zonas industriales cercanas o vecinas. Para los payenses, en sus espacios están sus recuerdos, sus haberes, su presente y su futuro, sujeto a como evolucione en el tiempo, las actividades urbanísticas, sociales, económicas, políticas y todo lo que es propio de la actividad humana.