Turmero es un pueblo con el privilegio de tener hijos cultores del
pensamiento. Uno de eses prodigios de la creatividad literaria es el poeta José
Rafael Pérez Ramos, nacido en nuestra ciudad el 6 de octubre de 1924, hijo de
los esposos Benito Pérez Blanco y Lourdes Ramos, es creador de una obra
imperecedera que no acepta olvidos.
En Turmero escribió la inspiración de su lírica, una poesía pura y
verdadera, libre e intimista, en una época dominada por el costumbrismo, el
soneto y la rima; la venezolanidad estuvo presente en sus textos y al Píntame
Angelitos Negros de Andrés Eloy Blanco, responde con la extraordinaria
creación Los Ángeles de mi Pueblo: «Voy a hacerla de
pintor/para sembrar tu contento /pintando una Virgen blanca / con siete
angelitos negros / nacidos, como tú quieres, / de Morón a Barlovento». Pérez Ramos fue un adelantado a su tiempo, dueño del don de la poesía,
a la cual daba títulos sugestivos como ¡Salve, Capitana!, llamando así a una
desconocida dama a la perennidad en su poema:«¡Salve, Capitana.'/El dios de los vientos / me llevó hasta tu azul, /
la risa loca de las olas / se metió entre tus rizos/ y el náufrago halló norte
/en el Ave Marina de tus ojos». En su obra cargada de
neologismos, presagia nostalgia y alejamiento: «Presiento que el destino / y mi suerte de ti me han apartado / que
lo negro de mi adverso sino / de nuestro amor lo blanco haya manchado».
En 1958, cuando se instaura el régimen democrático, José Pérez Ramos
se incorpora a la lucha cívica y en representación de URD, partido del que fue
miembro fundador, integra el Concejo Municipal del Distrito Mariño. En diciembre
de esc año es electo diputado a la Asamblea Legislativa del estado Aragua,
siendo en ella jefe de la mayoritaria fracción amarilla. El bardo, en la
búsqueda del perfecto mundo de la poesía, se acercaba con frecuencia al hedonismo
más puro, cosa muy común entre los poetas de entonces: en un fin de semana
baja acompañado de varios amigos al litoral aragüeño, allí enferma repentinamente
y al no podérsele suministrar tratamiento médico, su salud se agrava. Es conducido
a una clínica privada en Maracay, donde su estro se extingue el 24 de agosto de
1959, a las pocas horas de su ingreso Su tránsito a la morada eterna fue
multitidinario, lo más granado de la sociedad regional se hizo presente en el
adiós lastimero. Su nombre es epónimo del estadium de béisbol de Turmero y de
una calle de la urbanización El Piñonal de Maracay.
El 4 de septiembre de 1960, un comité integrado por el doctor Luis
Torrealba Narváez, doctor Alfredo Lozano Villegas, Augusto Trujillo Ledezma, Balbino Blanco
Sánchez, Erasmo Trujillo Ledezma y Rafael Michelena Plasencia, organiza un
homenaje al desaparecido poeta, publicando parte de su obra en un lujoso
folleto impreso en los talleres de la Imprenta Nacional. Además, develizan su
retrato en el salón de sesiones del Concejo Municipal, efigie que años después
es descolgada y de desaparecida por manos sacrílegas.
Pérez Ramos, hombre y
poeta, con su obra derriba las barreras del
tiempo para alcanzar la inmortalidad.
“Midiendo distancias/yo
rezo a tus cenizas”.
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