domingo, 21 de diciembre de 2014








NOTICIAS PARA LA HISTORIA




A finales de 1957, el régi­men venezolano se asfixiaba en la legalidad; de acuerdo a la entonces vigente Constitu­ción, el período presidido por el general Marcos Pérez Jimé­nez expiraba el 19 de abril del año siguiente. En esas circuns­tancias se convoca a una con­sulta plebiscitaría a cumplirse en diciembre, donde los sufra­gantes podían expresar me­diante el voto, si el gobierno continuaba por otros cinco años o concluía en la fecha prevista. Pocas personas toma­ron en cuenta la convocatoria comicial; no obstante, se ins­trumenta y realiza, en base a los empleados públicos, obli­gados a ser funcionarios elec­torales; en nuestro municipio (Mariño) se organiza bajo la conducción del prefecto Enri­que Ramos. De más está decir que fue abrumador el "triun­fo" del oficialismo.
El primero de enero de 1958, los soñolientos y toda­vía enfiestados ciudadanos oyen con incredulidad, a las 8 de la mañana, a través de Ra­dio Maracay, una proclama leída por el mayor Luis Even­cio Carrillo, anunciando el comienzo de una rebelión mili­tar con epicentro en la ciudad de Maracay; a partir de entonces, sólo se escucharían las voces del teniente Hugo Mon­tesinos Castillo, Rafael Coqui­to Méndez, Godofredo González y Jesús María Labrador. Los asombrados ciudadanos, ávidos de noticias, plenan la plaza Mariño. A eso de las diez de la mañana, Luis Ramón Herrera se hace presente y co­menta un poco lo que aconte­ce en la capital del estado. En la tarde se interrumpe el ser­vicio eléctrico y un grupo de personas asaltan las oficinas de Cadafe, creyendo que allí habían originado la interrup­ción. En horas de la noche, el señor Pedro Guédez (falleci­do) improvisa una arenga en la Plaza y se despacha a Ma­racay un camión con reservis­tas en apoyo a la insurrección. A media noche ya se sabía el fracaso de la asonada.
Al día siguiente, en hora vespertina, cuando me dirigía a mi trabajo, fui detenido por el prefecto Enrique Ramos. Lo mismo hizo con José An­tonio Blanco y Faustino Carri­llo, hombre ducho en golpes tuyeros, gran bailador de esa música que en esos años vo­calizaba Quintín Duarte, bonches donde se gana el faran­dulero mote de Tramalarpa. Este trío de recién iniciados políticos fue remitido a la Se­guridad Nacional, en un carro conducido por quien luego se­ría alto funcionario de la em­presa eléctrica Cadafe. luego trasladados al cuartel de poli­cía, que funcionaba frente a la plaza Girardot. en el edificio donde hoy están los museos de Antropología e Historia. En la mañana del día 3, cuando fui­mos sacados al patio, me en­tero de que la razzia en Turmero había sido completa, pues me encuentro con Abi­gail Peña, Bruno Caballero, Moisés Soto Ceballos, Cecilio Antonio Guevara, Narciso Acosta Rodríguez, José Molletón, Luis Blanco, Félix Her­nández Galavís, Buenaventu­ra Gómez Galdona y Luis Ra­món Herrera. Al obtener la li­bertad me informan que Gre­gorio Rafael Sarco Lira tam­bién había sufrido detención en los calabozos de la SN en Villa de Cura. Nuestro encie­rro duró pocos días, nuevos sectores militares y civiles se incorporan a la protesta y el 23 de enero se produce el cam­bio, con la huida de Pérez Ji­ménez a Santo Domingo. Mis desventuras no concluyen el día de la liberación, en el mis­mo retén fui encerrado años después por cancerberos dife­rentes, ya que eran funciona­rios de la democracia
Producido el cambio de gobierno, el recién liberado Gregorio Sarco Lira fue nom­brado prefecto del distrito y, como secretario, estuvo el fe­necido profesor y luego abo­gado Benito Pérez Ramos. En base a los partidos actuantes de la época, que habían parti­cipado en la llamada resisten­cia, se organiza la Junta Patrió­tica, integrándose la misma con la doctora Ligia Marín (AD), José Pacheco Lugo (URD), José Eutimio Soto Ceballos (Copei) y Francisco Sandoval (PCV); el consulto­rio médico de la doctora Ma­rín era la sala de sesiones de la junta. Cada organización política mencionada escogió a uno de sus miembros para in­tegrar el Concejo Municipal actuante en el año de la provisionalidad, y el prefecto, en concertación con la Junta Pa­triótica, escogieron los miem­bros independientes del cuer­po edificio, quedando confor­mado de la siguiente manera; Carlos Trujillo Córdova (inde­pendiente), presidente; José Rafael Pérez Ramos (URD), Ismael Velásquez (AD), Por­firio Salcedo (Copei), Francis­co Sandoval (PCV), Juan José Cortez Olmos y Euclides Flo­res (independientes). Al insta­larse la Cámara Municipal se­leccionan como secretario al señor Abdul Peláez Blanco, y como síndico a Miguel Angel Castillo (palonegrense) había sido secretario del juzgado del Distrito Mariño. Por lo delicado del momento, las Fiestas Patronales fueron planificadas únicamente con la programación litúrgica, obviándose los festejos populares. Del efímero poder municipal son supervivientes Ismael Velásquez y Juan J Cortez Olmos.
Muchos ciudadanos se suman a la lucha antiperezjimenista por querer un gobierno distinto, y lo conseguimos enteramente opuesto a lo buscado. En lo económico, Venezuela sale de la llamada dictadura próspera y solvente; en las duras realidades de hoy somos los primeros del mundo en inflación, los terceros en deuda externa, los cuartos en la entrega de nuestras riquezas y los novenos en corrupción, no hay paz laboral y los conflictos sociales se multiplican De los presos políticos de 1958 sobrevivimos Abigaíl Peña (en estado de invidencia), Bruno Caballero, Cecilio Antonio Guevara, Narciso Acosta Rodríguez, Luis Ramón Herrera y el autor de estas notas. Los demás, lamentablemente, han desaparecido inmersos en el injusto ocultamiento de sus ejecutorias. El tiempo y la tierra que les cubre no han bo­rrado el recuerdo de ellos.

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