TURMERO, REMOTA TIERRA DE GRACIA
Una consecuencia de la confiscación de los bienes
del general Juan Vicente Gómez y otros funcionarios de su gobierno, por el
Congreso Nacional en 1936, a proposición del escritor turmereño Alfredo Pacheco
Miranda, a la sazón diputado por el estado Aragua, es la solicitud del Concejo
Municipal mariñense, por intermedio de la Procuraduría del estado Aragua, de
adjudicación gratuita de los fundos denominados Samán Nacional y Libertador,
constantes su extensión de 76 hectáreas, y la posesión agrícola nombrada Villeguitas,
de 40 hectáreas con el fin de constituir con sus terrenos los ejidos del
municipio, ya que se carecía de superficies indispensables para el desarrollo
urbano y rural. Tal petición tuvo acogida favorable en el Ejecutivo Nacional
y por intermedio de Elbano Mibelli, ministro de Agricultura y Cría de los Estados
Unidos de Venezuela, el 17 de abril de 1941, satisfizo el memorial de
nuestros munícipes. El 13 de mayo de ese mismo año, el documento fue
presentado para su protocolización ante la Oficina Subalterna de Registro del
Distrito Mariño, por el ciudadano Alejandro Montes de Oca, según constancia
del registrador Rafael Ponce Camacho y los testigos hábiles Carlos Pérez
Frydensberg y José Valeriano Naranjo, quedando asentado bajo el № 15 del
segundo trimestre. Dicho instrumento menciona topónimos que corresponden a
identificaciones pretéritas, como se evidencia en el lindero de Villeguitas,
del que hago cita textual: «Por el este camino transversal de Cañafístola a la
Pelota, antiguamente denominado El Tranvía»; para mejor identificación del
lugar, aclaro que El Tranvía era el nombre de una calle del sector Cañafístola,
en el primer trimestre de 1909 la ciudadana Cleofe González, en una operación
de compra-venta, adquiere una vivienda y menciona esa vía pública como sitio
de ubicación del inmueble objeto de transacción; su nombre se debe al desplazamiento
sobre ella del tranvía que unía al pueblo con la estación ferroviaria de La
Julia. El vehículo se desplazaba sobre rieles arrastrados por dos caballos.
El último de los cocheros fue el turmereño Domingo Hermoso, su labor abarca el
primer veintenario del moribundo siglo XX. Con la desaparición del singular
transporte y el asfaltado de la calle Villacastín, nombre reciente de la
historiada vía, este episodio de la pequeña historia local corresponde a los
dominios del arcano.
Retornando al tema de los ejidos municipales y
su posterior uso agrícola, quid de la presente crónica; veremos que estas 106
hectáreas de verdes imaginables, musicalizadas con el melodioso gorjeo de los
pájaros, irradiadas por un sol inclemente, recibían las refrescantes aguas de
riego a través de numerosas acequias y del mismo río Turmero; dichas tierras
fueron microparceladas y entregadas a los campesinos, que obtenían el rico
manjar de las cosechas, para deleite del paladar, en la pequeña área del conuco
o en la fértil vega. Tengo en mi poder una copia catastral de 1943, con nombres
de 116 adjudicatarios asentados: 44 en Villeguitas, 25 en el Samán Nacional y
47 en el Libertador. La diaria aventura del hombre sembrador y soñador, que se
levantaba ante el asomo del sol, se prolongó por años, hasta el momento que se
le impidió hundir el azadón para depositar la fértil semilla que recompensaba
al hortelano con abundantes rendimientos. Esa reproductiva labor fue
obstaculizada por insensatos mercaderes de terrenos, que cuentan con apoyos políticos
y suelos de invalorable calidad agrícola, fueron sacrificados en un
incompresible urbanismo. Han surgido urbanizaciones con cierta planificación,
también densidades anárquicas y marginales, fomentadas en la política de
ranchificación que se ha gerenciado en Mariño, como el reciente episodio de la
invasión de la parcela 31 de Samán de Güere y el acoso que se mantiene sobre la
parcela 36 del mismo sector, presionando el desalojo de sus pisatarios. Lo que
comenzó con buenos presagios, concluye en torcidas e infames ejecutorias.
Haciendo un análisis en la sucesión ordenada de
las muchas notas marginales estampadas en el documento de donación, se
reconstruye buena parte del crecimiento urbanístico de Mariño.
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